Finance, Markets and Valuation Vol. 5, Num. 2 (Julio-Diciembre 2019), 57–79
1 Introducción
Desde 1994 la cadena de valor del sector eléctrico en Colombia tuvo una reestructuración
con la publicación de las leyes 142 y 143 (ley de servicios públicos domiciliarios y ley eléctrica,
respectivamente). Estas leyes introdujeron la competencia en las actividades de generación
y comercialización de la energía eléctrica y se estableció la necesidad de la desintegración
vertical de sus otras actividades (García, Gaviria, y Salazar, 2011). Además, dieron vida al mer-
cado de mayorista de energía en busca de establecer costos eficientes de compra y venta de
energía eléctrica, para que estos se tradujeran en una mejor tarifa para los usuarios del servicio
(Santa María y cols., 2009).
Dentro de ese mercado mayorista que fue constituido en 1995, y reglamentado por la
Resolución CREG 024 de 1995, existen dos tipos de transacciones entre los comercializadores y
los generadores, la bolsa de energía (mercado spot) y el mercado Over The Counter (OTC) o no
organizado donde encontramos los contratos bilaterales (García y cols., 2011). Dependiendo
de cuál de ellas se realice, se podrá observar una mayor o menor volatilidad en los precios
de compra y venta de la energía. La importancia de lo anterior radica, en que esta volatilidad
puede redundar al final en variaciones fuertes de la tarifa del servicio de energía, si no se opta
por hacer una adecuada cobertura del riesgo de exposición a bolsa, ya que como se podrá
apreciar en el desarrollo del documento, las compras de energía pueden llegar a tener un peso
cercano al 30 % del total de la tarifa del servicio de energía.
En el marco de las observaciones anteriores, este trabajo pretende examinar cómo ha sido
el proceso de evolución del mercado mayorista de energía eléctrica en Colombia y cuáles son
los distintos agentes que participan en este. El resto del artículo está organizado como sigue:
la sección 2 presenta una conceptualización del mercado mayorista de energia electrica en
Colombia. La sección 3 se centra en analizar la evolución de este mercado en el periodo 2009 –
2018. Finalmente, la sección 5 presenta las conclusiones del artículo.
2 Conceptualización
El sector eléctrico colombiano antes de la publicación de las leyes 142 y 143 de 1994 venía
de un régimen de propiedad y gestión estatal sin estímulos al desempeño, que no era finan-
cieramente sostenible, que contribuyó al aumento del endeudamiento del gobierno central,
que estableció un esquema de prestación del servicio con calidad reducida y a precios altos, y
que eventualmente colapsó, debido a que no pudo asegurar el abastecimiento cuando llegó el
fenómeno del niño en el periodo 1991 - 1992 (Santa María y cols., 2009). Frente a la situación
descrita, en 1994 se materializó la reestructuración del mercado de energía eléctrica con la
publicación de la ley de servicios públicos domiciliarios (ley 142) y la ley eléctrica (le y 143). Estas
leyes, además de introducir la competencia en las actividades de generación y comercialización,
instauraron la necesidad de la desintegración vertical entre la generación y la transmisión, e im-
plementaron dos mercados para la atención de la demanda (consumidores), el de los usuarios
regulados y el de los no regulados (García y cols., 2011). Esta reestructuración estuvo en línea con
lo que hicieron algunos mercados internacionales (p.ej. Inglaterra, Gales, Noruega, Dinamarca,
Suecia, Estados Unidos, Australia, entre otros), los cuales buscaron la forma de introducir la
competencia dentro de los sectores monopolísticos de la cadena productiva de la energía
eléctrica, a través de la desagregación de las actividades de esta, mejorando así la eficiencia del
mercado eléctrico y consiguiendo precios de energía más competitivos (Serna Machado, 2012).
Para el caso colombiano, la promoción de la competencia entre generadores permitió
la participación de organizaciones públicas y privadas, las cuales debían estar integradas al
César Cuta Durán y Jairo González-Bueno 58