Finance, Markets and Valuation Vol. 6, Num. 1 (Enero-Junio 2020), 69–84
básica de las universidades para crear una imagen (Luque-Martínez, 2013) la cual, a su vez,
influirá en el valor percibido y en la satisfacción de su público objetivo (Alves, 2011). Además,
la elaboración de los rankings a lo largo de un periodo permite conocer la evolución de una
universidad y poder compararla con otras a nivel nacional o internacional (Docampo, Herrera,
Luque-Martínez, y Torres-Salinas, 2012), dependiendo de la naturaleza del ranking.
A pesar de sus ventajas obvias, los rankings de universidades, como rankings multicriterio
que son, que sintetizan mucha información en un único indicador, están sujetos a numero-
sas críticas bien fundadas. Y es que reducir una realidad compleja como la universitaria a un
único indicador supone necesariamente la pérdida de mucha información, lo que dificulta la
comparación y erosiona la utilidad de los rankings (Luque-Martínez, Faraoni, y Doña-Toledo,
2018). Así, las críticas se pueden agrupar en torno a diferentes puntos: El propio concepto de
universidad, la selección de los criterios que se desean medir, las variables empleadas en la
medición y la ponderación de los criterios. En esta línea, los rankings comparan universidades
con características muy diferentes (Aghion, Dewatripont, Hoxby, Mas -Colell, y Sapir, 2010), con
una historia diferente (Luque-Martínez, 2013) y actividades en campos diferentes, como huma-
nidades o ciencias (Robinson-García, 2014), con enfoque docente o investigador. El tamaño y
la capacidad financiera son muy diversas también. La selección de los criterios a emplear en
la realización del ranking pasa por definir qué es lo que se quiere medir. ¿Qué es lo que debe
definir a una buena universidad? Y acabamos de comentar que eso depende de los fines que
persiga cada universidad, que pueden ser diferentes. Para soslayar el problema, la pregunta a
responder por muchos rankings no es ya si una universidad es buena o mejor que otra, sino si
es más prestigiosa. De esta manera, el problema es más abordable, si bien deja de lado auto-
máticamente muchos aspectos que debieran considerarse si lo que se pretende evaluar es la
calidad de las universidades en sus diversas facetas. Pero, por otro lado, el número de criterios
y variables a evaluar se reduce enormemente y son más fácilmente cuantificables, lo que no
implica que estén exentos de crítica. Así , el empleo como indicador fundamental del número
de premios Nobel vinculados a las universidades (Sanz-Casado, García-Zorita, Serrano-López,
Efraín-García, y Filippo, 2013) y el uso de indicadores bibliométricos (Waltman y cols., 2012),
que implica necesariamente un sesgo introducido por el inglés como lengua dominante de
divulgación científica (Altbach, 2015) han sido criticados en diversas ocasiones. Finalmente, la
recogida de datos (Liu y Cheng, 2005; Liu, Cheng, y Liu, 2005) y la metodología de ponderación
de los criterios (Buela-Casal, Gutiérrez-Martínez, Bermúdez-Sánchez, y Vadillo-Muñoz, 2007)
son también objeto de crítica.
En la próxima sección vamos a analizar cómo se elaboran 3 de los rankings internacionales
universitarios más citados en España, prestando especial atención a qué es lo que pretenden
medir, qué variables emplean y cuál es su ponderación. A continuación analizaremos cuál
es la situación de las universidades españolas en estos rankings. Finalmente, se discute en
qué medida debe preocuparnos la clasificación en los rankings, en el sentido de comprobar si
éstos realmente sirven como medida de la calidad de las universidades españolas, teniendo en
cuenta su objetivo y sus funciones según lo dispuesto en el art. 1. de la Ley Orgánica 6/2001, de
21 de diciembre, de Universidades, modificada por la Ley Orgánica 4/2007 de 12 de abril (2001).
4 Análisis de los principales rankings internacionales de universidades
En los últimos años, los rankings universitarios internacionales han proliferado y ganado
en popularidad, por lo que en la actualidad existen muchos rankings que se pueden consultar
fácilmente en internet. Por ejemplo, podemos citar el Academic Ranking of World Universities,
Fernando García 74